Tal vez te acuerdes de mí.

Tal vez te acuerdes de mí, con el paso de los años. No por mi cara, ni mis manos, ni mi forma de reír. Tal vez te acuerdes de mí, cuando a una niña le cantes. Y cuando ya no puedas más por tanto amor sin escalera. Y cuando no quieras dormir por ver dormir a tu pareja. Y cuando llores a escondidas porque no te abraza. Y cuando solamente quieras que te quiera él. Y cuando sientas celos del aire que roza su garganta, amor. Quizá me entiendas y, tal vez, te acuerdes de mí. Y yo tal vez me olvide de ti.

"Algo llamado vida"

A veces la vida duele. A veces no sólo consiste en mirar hacia delante.  A veces hay que luchar. Y mucho. Y todos necesitamos ese hombro en el que llorar. Y esa sonrisa en la que confiar. Y es que todos nacemos muriendo. Y cada vez nos morimos más, sin darnos cuenta. Por eso, "algo llamado vida". Ese algo que nos arruina, que nos acaba y nos destruye sin descanso. Y se supone que hay que vivir al máximo, ¿o no? La vida se nos acaba, cada día es un día menos; cada día triste, es un día perdido. Y dicen que siempre hay que sonreír. Que es muy bueno. Pero si sonríes es por algo. Y ese algo, es por alguien. Y ese alguien te suele importar. Y solemos decir que lo que más nos importa es nuestro amor. Y que no necesitamos a nadie más. Y eso es una tremenda mentira, y lo peor, es que nos la creemos. El amor siempre se acaba. El amor dura lo que tiene que durar. A veces más, otras menos. Y todos necesitamos amor, cariño. También necesitamos a ese amigo en el que podemos confiar plenamente, contándole todo. Y no puede faltar, el apoyo y cariño de la familia. La verdad, es que una persona no podría vivir sola sin nadie más en el mundo. Siempre dependemos unos de otros. Y eso es malo y bueno a la vez. Y es que, ¿quién puede vivir sin amor, cariño, apoyo? ¿Quién puede vivir sin amigos? Nadie puede vivir sin nadie, no sobreviría.  Fallo humano, pero cierto.

Y es que, ¿alguna sonrisa más bonita que la suya?

Sus ojos castaños lo declaran todo. ¿Sus labios? Los mejores que he visto para besar. Y cómo me gustaría besarle. Y a su cuerpo y a sus brazos agarrarme por siempre, convirtiéndolo en un simple infinito abrazo. Y sólo él y yo. Y nadie más. Absolutamente nadie más. Y es que él alegra mis mañanas y las entristece cuando no está. Y todos me dicen que esto es muy precipitado, pero su sonrisa pasa por encima de todo y de todos. Y es que, ¿alguna sonrisa más bonita que la suya?